Faltan tan sólo dos días para comenzar una nueva etapa del Programa de Voluntariado Claretiano de Antillas. El 1 de septiembre se encontrarán por vez primera, 7 personas procedentes de Argentina, Chile, Bolivia, Honduras y Puerto Rico. Lugares distantes unos de otros, distintas culturas, edades... Profesiones, responsabilidades, habilidades e intereses diversos. 7 personas, 7 vidas, 7 historias.
7...un número que a los cristianos nos evoca muchas cosas también diversas, pero significativamente nos hace referencia a la perfección, desde una óptica espiritual. Y creo que en esta ocasión muy bien que vale el número 7 porque lo que es producto de Dios, de Su Espíritu, siempre es y será "perfecto".
Estos jóvenes van a Jimaní, a la frontera dominico-haitiana a dar testimonio de su opción del seguimiento de Jesús tal como nos lo presentó el Evangelio de ayer domingo. Cada uno de ellos ha entendido que cargar con la cruz es asumir la vida misma de Jesús, quien siempre optó por los pobres, por los desvalidos, los marginados. Cargar con su cruz es dejar casa, familia, amistades, proyectos personales para asumir POR AMOR una nueva familia, un nuevo proyecto, al que ellos se han sentido invitados por Dios en favor de unas comunidades pobres en Jimaní. Y esa cruz es la que libera, la que alegra el corazón; 70 veces 7...
Cada uno de ellos se ha comenzado a despedir por 1 año de su familia, de su país. Iremos reseñando por aquí noticias sobre ésto y como siempre, les acompañaremos con nuestra oración. Que el Dios de la Vida les bendiga siempre y Claret siga inspirando su ardor misionero.
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