Acá nuevamente apareciendo, no tanto como un cronista sino más bien como un narrador que intenta balbucear algunas palabras de tan hermosa y conmovedora experiencia que vamos viviendo en la frontera Dominico-Haitiana, a ya casi un mes de haber sido acogidos por esta tierra y este pueblo.
FIESTAS PATRONALES Como algunas de las vivencias más relevantes para compartir con ustedes les cuento en primer lugar la hermosa experiencia de las Fiestas Patronales acá en el Limón, pueblo donde se encuentra nuestra casa principal (porque esta tierra toda es nuestro hogar), en la Provincia Independencia de República Dominicana. Dicho festejo acá es muy importante y convoca mucha gente de diversos lugares del país. La Virgen de Los Remedios es la Patrona del Pueblo y tiene muchos devotos que en esa fecha vienen a visitarla como cada 8 de Septiembre, aún cuando la celebración comienza nueve días antes con la novena del rosario y la misa diaria. En la fiesta en sí los Peregrinos llegan la noche anterior y se realiza una vigilia en donde se comparte mucho baile al ritmo de “los palos” que son como tambores largos que suenan (literalmente) durante toda la noche. La gente es bien festiva y se da incluso un sincretismo con ciertas tradiciones y ritos africanos que hace de esto una experiencia única. La gente va llegando con velitas que se ofrecen a la virgen junto con adoración y plegarias. Muchos llegan con sus hijos pequeños y duermen adentro de la Iglesia, sobre el piso, los bancos, en realidad en cualquier rincón que encuentren vacío. Son muchísimos. Se puede percibir la vivencia de una religiosidad popular de una riqueza enorme, también ofrecen a la Patrona una serie de mandas y figuras de cera que representan la parte del cuerpo que sufre alguna dolencia, los fieles brindan sus dolores para que la virgen interceda por ellos para una ansiada mejora, los rezos y cantos llaman la atención y el pueblo se transforma en un lugar algo mágico, me recuerda a un relato de García Márquez sobre Macondo, es algo inédito en mi vida, es DISTINTO, el fervor popular es atrayente y hace de este encuentro religioso una tradición rica en vida y esperanza. El grupo de voluntarios lo vivió un poco así, acompañando, mirando, bailando, siguiendo la procesión y las misas, todo un descubrir y un participar que nos interioriza de la vida cotidiana de este pueblo que nos acoge.
ENCUENTRO CON EL OBISPO Y LA IGLESIA DIOCESANA
También puedo contarles que en este tiempo hemos tenido la primer reunión con la Iglesia Diocesana convocados por el Obispo Felipe de la Diócesis de Barahona, quien organizó una primera reunión con todos aquellos religiosos y laicos que llegan por primera vez a la zona, a los fines de sintonizar e ir conociendo la realidad y cómo se viene trabajando desde la Iglesia en esta franja. La reunión fue realmente muy enriquecedora y nos ayudó a situarnos y clarificar el marco dentro del cual nos encontramos. Se hizo una presentación con información de la región, de su población, de su economía, de la idiosincrasia e historia del lugar. Además se hizo una descripción breve de cada una de las diferentes pastorales que desde la Diócesis se viene animando, haciendo especial hincapié en la Pastoral Social, quienes llevan adelante un trabajo enorme, muy organizado y sólido con proyectos de fuerte repercusión en la vida de las personas más relegadas de la sociedad. Además se recalcó la dimensión misionera de la Iglesia y de cómo el salir al encuentro de los más olvidados no puede ser una opción del trabajo pastoral sino que es algo que hace a la propia razón de ser y de existir de la Iglesia. Motivados y animados por el espíritu esperamos como grupo de voluntarios ser también un aporte a esta Diócesis y a las Parroquias de La descubierta y Jimaní.
NUESTRO PRIMER CONTACTO CON LAS COMUNIDADES DE LA MONTAÑA
Dentro del espacio de este mes que acaba de transcurrir tuvimos la posibilidad de subir a la montaña y vivir con las comunidades tres días de fructuoso compartir. La idea era cohabitar unos días en la comunidad que ya se nos ha asignado a cada uno de nosotros a los fines de conocer más de cerca la realidad con la que vamos a trabajar durante todo el año. Fue una experiencia muy linda, la gente nos acogió como a sus propios hijos, con mucha generosidad. Esto no deja de impactarme porque independientemente del lugar del mundo en que nos encontremos el empobrecido, con la generosidad de la viuda pobre “da desde lo que le falta para vivir y no desde lo que le sobra” (Lc 21, 1-3). Hemos visto y hemos oído, hemos reconocido rostros y miradas y también compartimos algunas historias de vida. La situación es bien precaria ya que viven bien adentro de la montaña, con una carretera principal en pésimas condiciones, una educación básica con serias deficiencias y sólo hasta cuarto grado en algunos sectores, por lo que desde bien pequeños deben bajar muchas veces a vivir solos al pueblo para poder seguir estudiando. Los Pinos del Edén, Ángel Feliz y Sabana Real son las tres comunidades de la primera montaña que visitamos, ahí nos dividimos para vivir en cada sector porque la lejanía no nos permite estar todos en un solo lugar, así que Yos y Myrna están el primera comunidad viviendo en una casa que una lugareña nos ha facilitado, luego Jhonny y yo vivimos en la escuela de Ángel Feliz y en lo más alto; en Sabana Real están Lumir, Helen y Rut viviendo en un centro comunitario.
Durante el tiempo que estemos arriba realizaremos diversas actividades, por ahora hemos conocido las organizaciones, los líderes de cada sector, un poco de la vida cotidiana, esa en la que se construye el reino. Luego nos trasladamos a Los Bolos, el Maniel y el Pinito que también son parte de la Parroquia de La Descubierta donde el Párroco es el Misionero Claretiano, el Padre Jeansius Pierre, cmf., un haitiano formidable y nuestro profesor de Creyól,
En esta montaña vivimos todos en una casa que es un lugar bellísimo, nuestras tres “chozas” , desde ahí caminamos a los sectores divididos también pero esta vez la distribución es así: En Los Bolos está Lumir con Rut , en el Maniel están Helen, Jhonny y Yos, y en lo más alejado Myrna y yo. En general la experiencia es maravillosa, el clima es mucho más fresco y a veces la lluvia nos visita, la panorámica del lago Enriquillo nos habla de la grandeza de Dios.
De los problemas sociales podemos decir que se reiteran, la falta de acceso a luz y agua potable en este país es preocupante, así como la entrega de una educación de calidad, el servicio de salud es precario, los funcionarios hacen sus esfuerzos que valoramos enormemente, pero sabemos que con voluntad las cosas siempre se pueden mejorar, pienso en que distintas resultarían las soluciones si el corazón se implicara, queda camino que recorrer y en eso estamos, aprendiendo para AMAR Y SERVIR.
LA POBLACION HAITIANA
Historia aparte son las condiciones de vida de la población haitiana que vive en el mismo lugar (las montañas). Los haitianos siguen muy discriminados y sus condiciones de vida son bien precarias. Muchos de ellos no cuentan ni siquiera con letrina, mucho menos con acceso al agua potable, viven en medio de los conucos o sembradíos en chozas de madera y con techo de hojas de guineos entrelazadas para cobijarse del fresco de la noche y del constante sol del día, sus condiciones laborales son básicas, reciben un pago mínimo por la siembra y parte del pago es la vivienda, muchas de ellos son como nómadas, familias completas se trasladan para sobrevivir en estos trabajos, otros dejan parte de sus hijos o a su esposa en Haití para estar sólo por el tiempo de cosecha del café. Los hijos de algunos pocos van al Colegio pero muchos de ellos hablan solo Kreyol (idioma de Haití) por lo que se les hace difícil aún la educación pobre y precaria que mencionamos, además en algunos casos aunque quisieran acceder a la escuela no pueden por no contar con los papeles para la inscripción. La gente pasa hambre, los niños mueren de desnutrición o de cólera y muchas veces por desconocimiento. Los haitianos recorren distancias increíbles a pie, es común ver en la carretera de montaña mujeres haitianas subiendo las colinas con pesadas cargas sobre sus cabezas, descalzas y muchas veces además con sus hijos en brazos. En cierta forma son parte del paisaje y casi con naturalidad se les observa pasar, pero no nos deja de sorprender la capacidad de los seres humanos de adaptarse y de hacer esfuerzos por querer vivir.
Después de este primer paso de conocer (VER), empezamos ya a soñar con todo lo que queremos hacer desde los aportes y la riqueza que cada uno puede sumar. Pero también empezamos a reconocer las limitaciones materiales y personales que tenemos. En ese caminar andamos….procurando no dejar caer la esperanza, firmes en la oración….un abrazo grande y hasta la sonrisa para todos y hasta la próxima.
Sebastián Vergara (Argentina)Misionero Claretiano Laico
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