A punto de cumplir los dos meses de encontrarnos en estas tierras les hago llegar algunas noticias de esta vivencia que estamos llevando adelante.
El día 24 de octubre se concretó un nuevo aniversario de la Pascua de nuestro Fundador Antonio María Claret. Ese día, los Voluntarios (el equipo de laicos claretianos) compartimos junto a la Comunidad de Religiosos, Hijos del Inmaculado Corazón de María (Misioneros Claretianos) de Jimaní y las Hermanas Salesianas (que colaboran en la Parroquia de La Descubierta), un almuerzo comunitario para conmemorar esta fecha tan importante para nuestra Familia Claretiana.
El menú fue conejo (frito y guisado) o pollo (frito o guisado) junto a ensalada de papa, arroz y habichuelas. Fue un muy lindo momento donde nos dimos un tiempo en medio de las tareas para dedicarle al compartir comunitario. Nos presentamos entre nosotros, intentando conocernos un poco más con las hermanas religiosas; nos tomamos algunas fotos y hasta un postre (turrón) compartimos luego del almuerzo.
Luego de comunicarnos con nuestras familias, ya por la tarde tuvimos una celebración eucarística íntima, presidida por el Padre Jancius, que fue realmente muy hermosa. En la intimidad del sagrario, éramos poquitos, por lo que vivimos una eucaristía bien familiar. Creo que estos momentos son muy importantes ya que cada uno de nosotros va ahondando en una experiencia comunitaria que, si bien tiene unas raíces profundas en la gran iglesia de Jesús, posee además el cariz propio de “lo claretiano”.
Se me viene a la mente lo que compartíamos unos días antes de dicha celebración, mientras intentábamos darle forma y contenido al anuncio del Kerigma en las comunidades de montaña y sobre todo cuando nos tocó abordar el tema de la espiritualidad claretiana en el grupo de jóvenes.
Cito a continuación un extracto que a mi entender refleja con meridiana claridad lo que la Congregación de Misioneros Claretianos (con quienes trabajamos los Laicos Voluntarios Claretianos y en misión compartida), intenta vivir: “Nos sentimos impulsados a anunciar el Evangelio allí donde Jesucristo es todavía un desconocido, pero no para dominar, o para conquistar parcelas para la Iglesia, sino para que Dios Padre sea conocido, amado y servido. Queremos ir - como nos recordaba nuestro General en su circular "Hacia un renovado compromiso misionero" - para entrar en diálogo de vida con nuevos hermanos y hermanas; para realizar nuestra vocación de oyentes y servidores de la Palabra; para descubrir la presencia del Espíritu de Jesús y ser, al mismo tiempo, humildes y generosos signos de los gestos y palabras del Señor. Queremos ir a esos países porque en ellos están las grandes masas empobrecidas. No nos creemos como cristianos con el monopolio de la misión que viene de Dios. Sabemos que participamos, desde nuestro peculiar carisma, en la misión que consiste en el movimiento de los pueblos hacia el Reino [142]”.
Además quiero contarles que el 27 de Octubre fue el cumpleaños de Jhonny, nuestro hermano oriundo de Bolivia. Fue el primer cumpleaños de un integrante de esta comunidad que festejamos entre nosotros y para la ocasión cocinamos un almuerzo que compartimos junto a las personas que nos ayudan con los quehaceres cotidianos de nuestra casa: Dania, quien es nuestra hermana cocinera, que hace un gran esfuerzo intentando contemplar nuestras diferentes y variadas costumbres culinarias y que además se hace un tiempo para ayudarnos a lavar nuestra ropa cuando bajamos de la montaña sobre todo; Nené: quien se encarga de la granja que tenemos acá, con gallinas, conejos, pavos, patos y algunas plantitas pero no muchas porque a pesar de su esfuerzo y dedicación, lo que dificulta mucho el trabajo es que no tenemos acceso al agua necesario para mantener una granja; Daihan; el joven que se encarga de la casa cuando nosotros subimos a la montaña y en cierta forma se encuentra atento a cualquier otra necesidad que surja por ejemplo algún desperfecto técnico en las instalaciones para darle aviso a Zukito, que es técnico en todo, es quien nos arregla el agua, la luz y cualquier otro desperfecto o percance en nuestro hogar. Ese día comimos cerdo, con arroz y ensalada, pasamos un momento hermoso, escuchando algo de la música de Bolivia, comimos torta y cantamos el cumpleaños feliz. La noche anterior ya le habíamos cantado a nuestro hermano Jhonny una serenata después de las doce de la noche que estuvo muy linda. Por la tarde continuó el festejo, con algo de baile hasta las 7:00 que comenzó la misa donde participamos para agradecer especialmente la posibilidad de compartir y tener entre nosotros la vida de Jhonny.
Por último les comparto que el 29 y 30 de Octubre partimos rumbo a Santo Domingo, capital de República Dominicana, donde se realizó el Encuentro Nacional de Jóvenes Claretianos, un espacio que convoca a todos los grupos juveniles de las parroquias de todo el país. Se congregaron alrededor de 300 jóvenes según algunas estimaciones, que entre diversas actividades, momentos de oración y juegos se mantuvieron en vigilia desde las 7:00 de la noche del sábado 29 hasta las 6:00 a.m. del domingo 30. Fue una jornada maravillosa, muy intensa en actividades: una hora santa; un momento de lectura orante; una peregrinación por la ciudad en medio de la noche, con velas y en medio de un aguacero; baile, canto y mucha alegría. Luego de descansar un poco emprendimos el regreso y llegamos al Limón de Jimaní como a las 6:30 de la tarde del domingo 30, luego de un viaje de aproximadamente 4 horas en la camioneta.
Esto es todo por ahora y para despedirme les regalo la frase que conformó el lema del encuentro: “Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mis senderos” Salmo 119-105.
Sebastián Vergara
Comunidad de Laicos Voluntarios Claretianos 2011-2012
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