Por: Myrna Robles
Por momentos no comprende el proceder o los acontecimientos de la vida misma. Muchas veces esperamos algo, algún resultado, alguna acción de algunos y nos desanimamos cuando no salen las cosas o no se dan según la esperamos. Pero es importante y necesario reconocer que nuestra vida es de Dios y es que simplemente, El tiene algo mejor para cada uno de nosotros.
Esta semana santa ha sido muy especial, he vivido muchas cosas hermosas. He sentido como Dios me va seduciendo mucho más y cada vez más por su proyecto, por El mismo. En este preciso momento de mi vida donde voy acallando mi interior para escuchar su voz y así conocer su voluntad, El se vale de tantos elementos, signos, personas para darse a conocer y mostrarme su rostro. Yo con fe voy proclamando “Señor yo solo quiero hacer tu voluntad, muéstrame y dispón de mi vida según sea te sea mejor y más útil”.
Veo como se van rompieron los esquemas, se va rompiendo lo creado para desde allí hacer y crear en definitiva algo más hermoso. En esta semana santa aunque Jesús envía a sus instrumentos y discípulos de dos en dos a proclamar su palabra esta vez me permitió vivirlo diferente. En esta ocasión me toco a mí ir o estar sola en una comunidad, mas sé que no he estado sola pues su gracia me acompañó y gracias a ella pude verle y parparle. Aunque estuve acompañada de un misionero enviado humildemente así como yo, estuve acompañada de gente sencilla y fueron muchas veces los niños que fueron mis compañeros de camino. Jesús mismo se hacía presente en cada uno de ellos y junto a ellos pude vivir una experiencia llena de gracia y bendición para llegar a vivir y celebrar su resurrección. Es que ha querido que desde la soledad, el silencio y el abandono humano me encuentre con El.
Como no proclamar la belleza, el amor y la gloria de Dios en mi vida, como no contar todo lo que ha hecho por mí aun, cuando soy frágil, pequeña y sin El no soy nada. Me ha regalado la experiencia más hermosa de una resurrección, me sentí en realidad como sus apóstoles y sus discípulos en aquellos tiempos donde les indicaba que solo llevaran una sandalia, un manto y nada para el camino.
En un momento me puede haber lamentado por lo que había pasado, quizás por lo que no había traído o simplemente el abandono de algunos. Pero es que hasta ese abandono entre la impotencia de querer más no poder llegar eran providente para que viviera de verdad y experimentara un Jesús Resucitado.
Me encontraba en una comunidad con la ropa fina cuando hacía mucho frio, con unas sandalias, una guitarra, un cuaderno, una botella de agua, un cuaderno con lápiz, una oración que me había acompañado toda una semana y con ella me unía a mis hermanos; Lumir, Helen y Jhonny. Más tenía hambre y en un lugar que conocía muy poco. Por momentos me entro la humanidad y pensaba si tuviera mi abrigo grueso, mis medias, un pan, mis artículos personales como mi cepillo de dientes entre otras cosas. Pasaba el tiempo y no sabía que iba a pasar conmigo pero ahí estaba sabia que Dios no me desampararía. A medida que fueron pasando los minutos fui aquietando con la gracia de Dios mi corazón y mi mente y me dispuse a vivir lo que Dios había dispuesto para mi. Fue providencial que mis hermanas no llegar a buscarme, pues allí se manifestaría Dios y me haría vivir el mejor sábado de gloria que había vivido en mi vida. Comprendí una vez más que ahí en el desprendimiento, en el abandono en El y solo desde ahí viviría un sábado glorioso rico en su la providencia, el amor y sus cuidados. Experimente su cuidado, una sola cosa le pedía ante el frio y lo que iba a vivir que me sostuviera me diera fortaleza. En esta casa no me esperaba o al menos no era lo que esperaban. Pero estaba equivocada, allí me esperaba Jesús, en la persona de Juana, no tenía un lugar para recostar mi cabeza, y ella me dio su cama, cuando sentía frio y pedía a Dios me sostuviera apareció ella con amor maternal con una frisa que calentó mi cuerpo y me permitió pasar la noche, que cuando pensaba en un cepillo de dientes que no tenia, apareció uno que a de ser mi cepillo, cada vez que este por allí, que cuando sentía mi estomago gemir por hambre, apareció con un café para sostener y calentar mi estomago y tener desde allí fuerzas humanas para estar alerta al Dios de la vida plena, al Resucitado que se me estaba y se me revela desde la vida misma, desde los detalles. Y es que Dios me dio la bendición de cumplir lo que dice en su palabra, el que deja casa, padre, le daré eso y algo mas….
Preconozco que hay que vaciarse para llenarse de su gracia, de Espíritu Divino de su presencia que se hace palpable desde lo cotidiano, lo sencillo lejos del materialismo del mundo.
“Mi Padre Dios tu sabes que te amo y solo quiero hacer tu voluntad. ¿Para qué me estas preparando? ¿Qué es lo que quieres que haga por ti? No lo sé, solo te pido que me des la gracia de reconocerte en mi pequeña vida, que pueda escucharte pues yo confío que sea lo que sea, todo lo que dispongas de mi ser es para darme vida plena. Mi vida te pertenece aun cuando es imperfeta y pequeña. Dame la gracia de no solo profundizar todo lo que me permites vivir si no gozarme plenamente en todo y compartirlo con los demás cuando sea el momento preciso para que ellos también tengan vida. Amén”
Myrna Robles
Voluntaria Claretiana
Myrna Robles
Voluntaria Claretiana
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