VOLUNTARIADO CLARETIANO DE ANTILLAS: LLEGANDO A JIMANÍ

El viernes 14 de marzo viajamos desde Santo Domingo, capital de la República Dominicana hacia nuestro nuevo hogar en la frontera dominico-haitiana: JIMANÍ.

Acompañados por el P. Jeanot Lefranc, cmf. y al compás de la música haitiana fuimos bebiéndonos y deleitándonos el paisaje pintado de verdes montañas y abundante follaje que iba poco a poco desapareciendo ante nuestros ojos para dar paso a parajes más secos y desolados. Es el sur. Territorio un poco olvidado de otros pueblos pero que como todos los de la República está habitado de gente trabajadora, luchadora y muy acogedora.

Por el camino íbamos haciéndonos todas las preguntas guardadas desde hacía mucho en nuestro corazón y que ahora encontraban tiempo y espacio para ser escuchadas y respondidas. ¿Por qué estoy aquí? ¿Con qué me encontraré? ¿Cómo serán mis hermanos de comunidad? ¿A qué he venido?...Preguntas todas tan válidas como, ¿Cómo se dice “aquí estoy” en creol? ¿Cómo se prepara el mangú? ¿Cuánto falta para llegar a Jimaní?

Entre bachata y kompá fuimos hilvanando lo que sería nuestro primer día en la frontera, nuestro gran primer día en la experiencia del Voluntariado Claretiano de Antillas.

Luisina a su llegada a la casa en Jimaní.

Yasna Rocío y Lusina ayudas por Mikel y P. Jeanot al llegar a casa.

Al llegar a casa, nos esperaba el Equipo Misionero de Jimaní: el matrimonio de Ana y Mikel, misioneros laicos que han hecho la opción de estar en Jimaní por tres años; y los Misioneros Claretianos: PP. Jesús María Amatria, Jeanot Lefranc y Juventino Rodríguez. Todos esperaban expectantes y jubilosos la llegada de los Voluntarios que se unirán a este gran Equipo Misionero para servir a la comunidad dominico-haitiana de Jimaní.