jueves, 13 de marzo de 2014

COMUNIDAD MISIONEROS VOLUNTARIOS LAICOS 2014-2015

El jueves 13 de marzo de 2014 llegaron a la República Dominicana tres jóvenes:  Yasna Rocío Belén Castillo desde Chile; Ismael  Guillermo Claudio desde Puerto Rico y Luisina Crespo desde Argentina.  Ellos conforman la nueva comunidad de Misioneros Laicos Voluntarios del Programa de Voluntariado Claretiano de Antillas, 2014-2015.

Ismael, Luisina y Rocio
Junto con ellos llegaron la fe, las esperanzas y las oraciones de tres pueblos cuyas comunidades se sienten hoy enviadas en ellos a proclamar :  “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres”.

Ismael y Nancy, sc
Ismael y P. Toribio, cmf.
El primero en llegar fue Ismael a quien ya estaban esperando el P. Toribio García, cmf., Formador de teólogos del Seminario Claretiano en Santo Domingo y Nancy Burgos, sc.; Coordinadora del Programa  de Voluntariado Claretiano de Antillas y Secretaria Ejecutiva de la Fundación PROMICLA.

Dos horas más tarde llegaban desde la Provincia Claretiana San José del Sur, Yasna Rocío y Luisina; quienes rápidamente se fundieron en un gran abrazo con Ismael con quienes desde ese momento comenzaron a “hacer comunidad”.
Ismael, Nancy, Luisina y Rocio
Jafet Murguía con los Voluntarios
Al salir del aeropuerto, hicimos una parada para visitar a los filósofos, teólogos y a la comunidad claretiana en general del Seminario Claretiano en Pantojas.  Los nuevos voluntarios tuvieron la oportunidad de encontrarse con Jafet Murguía, uno de los estudiantes filósofos del Seminario Claretiano que vivió la experiencia del Voluntariado del año 2010.  
Luisina, Edward, novicio Claretiano junto a Rocio e Ismael
P. Toribio y los Voluntarios
Luego de un rico diálogo y compartir con todos, el P. Toribio se dio a la tarea de mostrarles y ofrecerles el cacao, la naranja, la yuca, el caimito, el plátano y la guanábana, frutos del país que los recibe con sus brazos abiertos con su sabor a mangú y bachata.

Más tarde, un vistazo al Malecón, una cena cargada de emociones, sentimientos y anhelos todos nuevos y una acción de gracias por el privilegio que nos da el Señor de servir y amar a los más pequeños:  a los preferidos del Reino…

Ismael, Luisina y Rocio
Esa noche, en tres habitaciones del Centro Claret se escuchó el susurro casi simultáneo de un “aquí estoy Señor, hágase en mí según tu voluntad”…

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